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Entre las armas legendarias del Mundo de los Doce, hay dos que no se andan con delicadezas, o sí... ya que cortan con la precisión de un escalpelo. En caso de profundo desacuerdo con el adversario, las dagas Momako sellan de manera decisiva y definitiva el destino del impío que ose hacerte daño. Sí, hablamos exactamente de defunciones y de muerte.Las armas legendarias confiadas a los Chtigres Blancos obtenían una parte de la fuerza vital de sus portadores, vinculándose íntima y espiritualmente a ellos. A su muerte, los portadores se convirtieron en espíritus y conservaron una versión fantasmal de sus armas. Privados de flujos vitales, las versiones físicas de las armas se durmieron.

Recuerda: un nuevo portador o una nueva portadora puede despertar un arma legendaria.

Siempre y cuando sea digno/a de hacerlo…

«Siki-siki-siki-siki-siki-siki-siki-siki-siki…» susurraban los samuráis. «Kissi-kissi-kissi-kissi-kissi-kissi…» recitaban los Chtigres Blancos. Las dagas legendarias iban tomando forma. Bajo los golpes de martillo y con los cantos.

Estas armas, que se presentan en dos aspectos, «Feroces» y «Potentes», le fueron confiadas a la asesina Momako, que las llevó hasta su muerte con reverencia y deleite.


                                                                                                                          «Descanse en porciones…»